DIPUTACIÓN, CON LOS CUIDADOS NO SE HACE NEGOCIO

La recaudación histórica el año pasado en Araba, 2.703 millones de euros, los fondos europeos, y los ahorros generados en años anteriores, explican que los presupuestos forales hayan aumentado un 13,18%, y, sin embargo, la parte destinada al Instituto Foral de Bienestar Social deja desatendidas importantes necesidades sociales. 

 Nos preocupa que estos presupuestos no supongan un aumento en plazas públicas para la atención de personas mayores, confirmando el modelo privatizador que persigue el PNV-PSE. Vemos la inversión en ARABARREN, residencia privada con plazas concertadas, y con otras residencias privadas, y comprobamos que las prestaciones que aumentan económicamente son las que financian los “cheque servicio”. Estas ayudas sirven para sufragar parte del elevado coste de una plaza privada a las personas mayores quienes, teniendo derecho a una plaza pública, se ven obligadas a residir en una plaza privada. 

Tampoco aumentan las partidas para incrementar las plantillas en las residencias públicas, ni un solo euro para aumentar las plazas públicas en nuestro territorio. Por el contrario, la partida que financia las plazas de personas con altos grados de dependencia, atendidas en el CIAM San Prudencio, se va reduciendo cada año. Una vez más, se olvidan de la precariedad laboral de las personas trabajadoras de residencias privadas, en su mayoría mujeres, y no invierten ni un solo euro para que se firme un primer convenio de este sector, lo que permitiría una mejor atención. 

Hoy Araba, al igual que la CAV, es un paraíso para el negocio de las privatizaciones sanitarias, y la situación de las personas que trabajan en residencias es más precaria que nunca. El director de Innovación de Políticas Sociales de la Diputación alavesa, que nos presenta ARABARREN como un proyecto modelico de colaboración público-privada, cuya gestión se ha confiado a las empresas IMQ y MCC, es el mismo que hasta 2021 dirigía IMQ Igurko. Un pequeño detalle que revela los vínculos de actuales responsables publico-institucionales y el negocio de las residencias privadas.

  Tenemos que concluir que el retroceso en políticas sociales es clarísima, y que los actuales presupuestos no son suficientes para los retos a los que nos vamos a tener que enfrentar las personas mayores y dependientes que vivimos en Araba. Entendemos que, con la recaudación récord obtenida, cabe un mayor esfuerzo en protección social.  

 Por ello, desde Pentsionistak Araba, exigimos que en estos presupuestos la protección social cuente con más partidas. Hay que poner los cuidados de las personas en el centro. Se trata de apostar por unas políticas sociales que garanticen una vida digna para todos y todas y no un negocio para una minoría. 

¡Servicios públicos universales y de calidad para todas las personas!

¡Las personas mayores queremos ser cuidadas con dignidad!