EL ORIGEN DEL IMPULSO SOCIAL PENSIONISTA DE HEGO EUSKAL HERRIA

Jesus Mari Soubies Garate
Hego Euskal Herriko gizarte-bultzada pentsiodunaren jatorria

Considero que hay que buscarla en la historia social, política y laboral vivida colectivamente por la actual  generación pensionista de Hego Euskal Herria durante la transición: fuimos educados en las escuelas franquistas y en castellano, pero esto fue contrarrestado, en buena medida, en casa con el  euskera y con el relato y la memoria de los hechos franquistas del 36-78. Nuestra juventud transcurría en  espacios grises, tristes y pobres que ofrecía el régimen, pero esto propició la creación de espacios clandestinos de diversión y subversión de valores y normas franquistas. La enseñanza media y universitaria servía de ocasión para desarrollar y organizar el antifranquismo y el antifascismo.

Cuando nuestra generación llegó a las fábricas, empieza a coger fuerza la lucha laboral y política contra el régimen. Hubo luchas obreras  anteriores, pero la incorporación de nuestra generación con planteamientos laborales y sociales frescos, hizo que fueran apoyadas por  amplios sectores sociales,  incluida la franja de edades que vivieron la guerra. Nuestros padres-madres no dudaron un minuto en apoyarnos. Un ejemplo claro de ello fue la lucha del 3 de marzo de 1976.

En la década de los 70 se levantaron organizaciones juveniles y políticas clandestinas, a lo largo y ancho de Hego Euskal Herria, con una implantación sin precedentes: para recuperar  nuestro idioma, que se encontraba arrinconada (casi era clandestino hablarlo); crear Comités obreros y Comisiones de empresa semiclandestinos; surgieron grupos culturales (musicales, escritores, etc.),  asociaciones vecinales, etc., también surgen el ecologismo, la lucha antinuclear, y la feminista. Abarcó a todos los ámbitos. El objetivo fundamental de este amplio movimiento socio-político fue derribar el régimen franquista. 

La respuesta habitual del régimen franquista, y también de la constitución del régimen del 78 en su primera década en Euskal Herria fue la represión pura y dura: detenciones, condenas y torturas era el pan de cada día. Pero llegaron las luchas obreras de los años 70; llegaron las protestas sociales de todo tipo. En el ámbito vasco se puede decir que desde 1974 hasta  los 80, se produce una movilización social y laboral sin precedentes. Perdimos muchas batallas, pero nuestra dignidad crecía cada vez más. Fuera el Sindicato Vertical Franquista, fuera la C.N. de Lemoiz; movilizaciones generalizadas; AMNISTIA OSOA para todos los presos políticos, etc., etc. 

En Euskal Herria, la protesta popular fue un fenómeno colectivo, y con fuerte protagonismo de la generación juvenil, que no eran otros y otras que  nosotros y nosotras, ahora pensionistas. Nuestros padres no consiguieron detener el levantamiento franquista y mantener la República. Fueron derrotados. Y nuestra generación que se levantó contra la dictadura fue derrotada por  una transición fraudulenta y antidemocrática. A pesar de ello, aquel movimiento social y laboral consiguió implantar muchas mejoras. Partidos y Sindicatos (entonces clandestinos y hoy gobernantes), dieron el sí a aquella pseudotransición y mostraron a las claras a qué jugaban. Es la razón por la  que ahora el movimiento pensionista vasco, no tengamos ninguna confianza en ellos, pues son los mismos de entonces. Una transición a la democracia plena sigue pendiente. 

Esa época fue toda una experiencia social y colectiva. Una experiencia que duró varios años y que generó un capital social enorme. Nuestra generación, dejo una huella imborrable en la transición. En esta década se encuentra gran parte de la explicación de lo que estamos viviendo en el actual fenómeno pensionista vasco. Fuimos una generación que dimos la cara para tumbar el régimen, pero los “recién llegados” nos traicionaron aceptando que el mando de la democracia quedara en manos franquistas. 

A medida que nos hemos ido jubilando, vemos atónitos las miserables condiciones laborales y salariales de las nuevas incorporaciones, o sea, de nuestros hijos-hijas y nietas-nietos. Esta realidad nos indigna sobremanera. El movimiento pensionista sabrá, y no dudará, en impedir que la reforma del sistema público de pensiones se haga en contra de los derechos de los trabajadores. No vamos a permitir mas  reformas como las del 2011 y 2013, por mucho que, como aquellas, sean apoyadas por CCOO y UGT. La población laboral debe impedir nuevos recortes y recuperar los derechos perdidos.

Muchos y muchas compañeras pensionistas actuales hemos vivido situaciones duras en las luchas y conflictos de nuestra vida laboral. Hemos hecho grandes esfuerzos. Nos consideramos algo más que una generación a secas. Somos una generación familia. Cada uno y una de nosotros se reconocen en los y las demás pensionistas. Por eso gestionamos el movimiento de esta manera  y con éxito. Sabemos que si cometemos un error, los de siempre aprovecharán la ocasión para meter otro recorte más. Sólo nos queda la calle, y no la vamos a abandonar hasta resolver el tema.

El mayor logro del Movimiento Pensionista de Hego Euskal Herria es su capacidad de gestión. Gestionar acuerdos y desacuerdos dentro del movimiento. Gestionar las discrepancias para contrarrestar los intentos de boicotear y desmantelar el movimiento (a nivel estatal no se ha dado nada parecido a este fenómeno).  Nos lo sabemos de carretilla: si queremos mantener el barco pensionista a flote, además de bregar con este mar enarbolado que estamos viviendo, tenemos que esquivar los torpedos que lanza el enemigo a  nuestra línea de flotación. Hemos aprendido de aquellas luchas nuestras. Hemos sabido manejar diferentes  medios de movilización para  extender  en la calle nuestras reivindicaciones y mensajes; hemos desmontado las mentiras y patrañas financieras y de la derecha; nos hemos adaptarnos al COVID19 y al confinamiento;  mantenemos el pulso semana tras semana en 100 plazas vascas. La plaza mayor es nuestra. Tal vez tengamos que dejarlo por un nuevo confinamiento, pero volveremos. Sabemos que tenemos que ir todos y todas juntos: mujeres y hombres; asalariados, autónomos y pensionistas; jóvenes y mayores. 

Esto sí que es novedoso  en el panorama social y reivindicativo. El concepto “medios” en la compleja sociedad actual no es otra cosa que la GESTION del propio movimiento. Este es el secreto de este fenómeno pensionista vasco: mantener vivo el impulso social que generó en su juventud y que obligó a los poderes fácticos a desarrollar una transición fraudulenta. El colectivo pensionista vasco conserva aquel impulso y está dispuesto a ofrecer la “juventud que nos queda” para terminar correctamente la tarea social que entonces truncaron los poderes facticos. Hoy es más urgente que nunca una verdadera transición democrática. Restos de la ideología de los sublevados del 36 siguen parapetados y disfrazados de democracia en todos los aparatos del Estado.

Los beneficios de esta gran movilización social del Movimiento Pensionista de Hego Euskal Herria  serán para toda la sociedad. Será otra huella más que dejará nuestra generación. Y lo hacemos por responsabilidad y compromiso intergeneracional. Solo entonces estaremos tranquilos.

Somos personas mayores pero nuestros sueños siguen muy despiertos

Gasteiz a 23 de Octubre de 2020

Una respuesta a «EL ORIGEN DEL IMPULSO SOCIAL PENSIONISTA DE HEGO EUSKAL HERRIA»

  1. Fuimos forjados/as en la dureza de la vida, pero con mejores condiciones que nuestras amas y padres. Nos tocó trabajar y estudiar… no pudimos salir de erasmus, hacer doctorados… pero pusimos fuerza y mejoramos nuestras vidas.
    Hoy mi pensión es superior al SUELDO de mi hija e hijo.
    De un plumazo se han cargado todos los derechos de nuestras amas y padres y los nuestros propios…
    Los distintos pactos han ido sumando siglas… PATRONALES PP PSOE PNV CCOO UGT… y por desgracia creo que vamos a ver más siglas en estos Pactos “clandestinos”

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