1.- Las grandes farmacéuticas se forran con las vacunas y los medicamentos. Esperemos que la vacuna contra el coronavirus no suponga un costo que impida su uso generalizado
La urgencia de la búsqueda de una vacuna eficaz contra el coronavirus ha hecho que los laboratorios de las grandes farmacéuticas y de muchos estados anden a la carrera para ser los primeros en lograrla y patentarla. Y de este modo también encumbrarse y prestigiarse.
En términos generales, el actual sistema de patentes de medicamentos que hay en el mundo permite a las farmacéuticas descubridoras de algún nuevo fármaco disfrutar de la exclusiva de su venta – al precio que desee- durante veinte años. Y a través de sus grandes monopolios, sin dejar espacio a la competencia, imponen unos precios abusivos que les posibilitan unos beneficios escandalosos.
Con el argumento de que los gastos de investigación, que exigen unas inversiones de dinero muy altas – apoyadas en muchos casos con dinero público- pretenden justificar los precios tan altos que establecen, los cuales les permiten amortizar los gastos en muy poco tiempo y multiplicar sus beneficios netos durante largos años. Los ejemplos de ello son múltiples.
Uno de los más recientes tratamientos para hepatitis C, de la farmacéutica Gilead, tiene un coste de producción de 101 dólares según un estudio de la universidad de Liverpool. Sin embargo, se vendía en España a 28.000 dólares, es decir, a un precio 277 veces superior al de su costo.
Otro tanto ocurrió hace dos años, cuando se analizaron los costos de obtener diez medicamentos contra el cáncer: se habían invertido 7,3 años de investigación con un costo de unos 7.000 millones de dólares, pero ya habían obtenido 67.000 millones de dólares, cuando todavía les quedaban más de 8 años de explotación para seguir generando cuantiosas ganancias netas. Y la misma situación se ha repetido con los altos precios de la insulina.
Las consecuencias que se derivan de esos altísimos precios es que buena parte de esos medicamentos son inaccesibles para los millones de personas de los EEUU y otros muchos países que no cuentan con seguros médicos, Y lo mismo ocurre con los sistemas sanitarios públicos en muchos países, que alegan ese motivo para reducir la compra y utilización de esos fármacos y medicamentos.
En Osakidetza, por ejemplo, al menos hasta hace poco tiempo, sólo se ha aplicado el tratamiento de inmunoterapia a un número reducido de pacientes con cáncer de pulmón. La justificación: que tiene un costo muy alto y que hay que tener en cuenta las posibilidades de esperanza de vida del paciente.
Esperemos que la consecución de una vacuna efectiva contra el coronavirus no conlleve un precio que impida su utilización generalizada si es necesario. Los estados y la OMS deberían controlar y evitar los precios abusivos y potenciar los laboratorios de investigación públicos con las inversiones necesarias. Desde luego, muy mal ejemplo nos ha dado el Gobierno de Gasteiz, sin dar ningún tipo de explicación convincente, no promocionando y apoyando el test y su producción en centros de investigación de la CAV, que habían preparado 55 investigadores de la Universidad Pública Vasca.
2- Hospital Galdakao-Usansolo: “Osakidetza nos echa llamándonos además mentirosas”
Nada más iniciarse el ascenso de la pandemia del coronavirus, en todo el estado español decenas de miles – en Hego Euskal Herria fueron también varios miles- de médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, celadores… se incorporaron al trabajo de atención y cuidado de las personas infestadas por el virus. Se pusieron sus prendas de trabajo sin dudarlo, aun con los riesgos que suponía el no
disponer de los medios de protección adecuada, incluso una parte de ellas se quedaron dentro de las residencias de mayores para atender mejor a estas y evitar contagios en sus familias. El precio que han pagado ha sido enorme: decenas de fallecidos/as, 43.000 contagiados, de los que más de 10.000 siguen de baja, 800 de ellos en la Comunidad Autónoma Vasca.
Todos y todas ellas fueron consideradas casi como héroes, reconocidas y aplaudidas en los centros hospitalarios y residencias, como todas las tardes a las 20:00 horas desde numerosas ventanas y balcones.
Pero, aunque se ha superado el punto álgido de la pandemia, todavía estamos en situación de alerta sanitaria y sin consolidarse el retroceso definitivo del coronavirus, por lo que el control y atención al mismo sigue siendo importante. Sin embargo, los despidos o finalización de los contratos temporales de miles de personas sanitarias han comenzado ya hace días. Primero fue el caso del hospital de campaña Ifema, cuyo desmantelamiento conllevó el despido o fin de contrato temporal de uno/as 1000 trabajadores/as sanitarias. Aunque este martes, Ayuso, del PP y presidenta de la Comunidad de Madrid ha “prometido” que, los 8.400 sanitarios contratados por su gobierno hasta mayo a cuenta de la pandemia, verán prolongados sus contratos hasta finales de año.
En Osakidetza, también ha comenzado los despidos o fines de contratos temporales. Ejemplo de ello es el hospital Galdakao-Usansolo. Hace unos días fueron ya despedidos 50 celadores. Y en los próximos empezarán con otras sanitarias cuyos contratos vencen el 15 de mayo.
Les prometieron que estarían contratadas hasta después del verano. Pero ahora les dicen si te he visto no me acuerdo y encima les llaman mentirosas por reclamar la aplicación de esa promesa. Y mucho nos tememos que ocurra lo mismo ante las ilusiones alimentadas de que se podrían complementar los salarios, o que las condiciones de trabajo de las plantillas iban a ser mejoradas – incluidas las de quienes trabajan en las residencias- después del esfuerzo y sacrificio realizado durante todo el tiempo que ha durado la parte más dura y difícil de la pandemia.
Esto ha llevado a que más de una sanitaria temporal de Galdakao-Usansolo manifieste que Osakidetza es una organización vendehúmos y que se sienten engañadas, estafadas y decepcionadas.
Suplir las deficiencias de medios y personal, prepararse ante el riesgo de nuevos brotes de pandemias, cualificar aún más a la que gente que ha participado en esta desgraciada pandemia, debería llevar a los gestores de Osakidetza, cuyo responsable principal es el gobierno de Gasteiz, a cumplir sus promesas, aumentar sus inversiones y ampliar y estabilizar las plantillas con unas condiciones de trabajo dignas. Mucho nos tememos que lo único que les preocupe es reducir gastos.
Desde hace algunas fechas, en los medios informativos públicos y privados apenas aparecen datos de los fallecimientos de las personas mayores dependientes. No sabemos muy bien si se trata de querer ocultar esa información para no crear miedos innecesarios en las personas mayores, o simplemente para que no se haga pública la gravedad de un problema que está lejos de resolverse.
En Hego Euskal Herria, los datos siguen siendo preocupantes. Hasta el 30 de abril, las muertes por el COVID-19, sólo en residencias, eran de: Araba, 136; Bizkaia, 247; Gipuzkoa, 160 y Nafarroa, 239. Lo que hace un total de 782 personas.
Tomar medidas estructurales e inmediatas que pongan fin a esta tragedia, e impidan que se sigan manteniendo las graves deficiencias en la atención a todas las personas mayores dependientes, es algo
3- La cadena de fallecimientos de las personas mayores y dependientes en las residencias, o en sus propias casas, sigue siendo alta
que corresponde y no pueden eludir a las instituciones públicas, sean diputaciones o gobiernos. El movimiento de pensionistas, junto a los sindicatos del sector o las asociaciones de familiares no vamos a renunciar a exigir informaciones y responsabilidades, Al mismo tiempo, propondremos soluciones y alternativas a los múltiples problemas y deficiencias detectadas.
4- El 18 de mayo concentraciones simbólicas del Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria
El 21 de abril el movimiento de pensionistas de Hego Euskal Herria envió cartas específicas a los tres diputados generales de la Comunidad Autónoma Vasca y a las consejerías correspondientes de los Gobiernos de Gasteiz e Iruña, planteándoles los graves problemas detectados a cuenta de la pandemia del coronavirus en las residencias y en la atención en general a todas las personas mayores dependientes. Se solicitaban una serie de datos e informaciones previas para a continuación poder llevar a cabo reuniones específicas, donde pudiéramos plantearles nuestro diagnóstico, alternativas y soluciones.
Hasta el momento no hemos tenido ninguna respuesta. Y ante la urgencia del problema el lunes 18 de mayo llevaremos a cabo algunas protestas simbólicas ante algunas diputaciones, así como en algunos pueblos, bien ante residencias significativas o ante los ayuntamientos.
Protestas simbólicas, respetuosas con el número de personas permitido y observando escrupulosamente las normas de franja horaria y de distancia de seguridad sanitaria. Esperamos no ser discriminados para poder realizar esas protestas simbólicas por el hecho de ser personas de edad.
5.- La patronal aprieta para defender exclusivamente sus intereses
Con todo el desparpajo la CEOE pide más flexibilidad para despedir y recortas salarios durante la recuperación. El Círculo de Empresarios Vasco cree que no es “imprescindible” una nueva prórroga del estado de alerta sanitario. Y las Diputaciones de la Comunidad Autónoma Vasca han comenzado a proponer y aprobar un aplazamiento parcial del Impuesto de Sociedades hasta julio del 2021. La Diputación de Bizkaia, como siempre, la más conservadora – totalmente hegemonizada por el PNV- se ha puesto a la cabeza en la aprobación de esas ayudas fiscales a los empresarios.
A todos ellos les importa un comino el despido de centenares de miles de trabajadoras y trabajadores, que muchos de ellos se queden sin ningún tipo de ingreso y que las arcas públicas vean reducidos sus ingresos. Por supuesto no se acuerdan de que deberían devolverse los 60.000 millones de euros prestados a los bancos para su reflotamiento. Lo mismo ocurre con su desinterés por mantener la alerta sanitaria, para proteger la salud y la vida. Sólo les importa que la gente vaya a trabajar, ampliar la facturación de sus empresas y obtener grandes beneficios.
Por otro lado, están apareciendo algunas informaciones preocupantes sobre las pensiones. Según estas, el Gobierno envió el 30 de abril su Plan de Estabilidad a Bruselas para que le dé luz verde al mismo. En ese plan – según esas fuentes informativas–se contemplaría el estudio de un severo plan de recortes, entre ellos al capítulo de las pensiones, con medidas tales como la posibilidad de congelar las pensiones contributivas, endurecer las condiciones de acceso a las pensiones, calcular las mismas teniendo en cuenta toda la vida laboral y limitar las de viudedad según el nivel de renta.
Tendremos que estar alertas y seguir con nuestras movilizaciones. más aún si esos recortes se pretenden llevar adelante. Movilizaciones que van a exigir con más necesidad si cabe ser impulsarlas y coordinarlas con otros sectores sociales. sindicatos, colectivos de mujeres, jóvenes y otros de carácter popular.
