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Las trabajadoras de las residencias privadas y concertadas, vuelven a movilizarse. recordemos que en 2015 iniciaron una lucha que tras 350 jornadas de paro, finalzó en 2017 tras un acuerdo sobre el convenio.
La situación lejos de mejorar, en las residencias, se ha agravado. la pandemia ha destapado las deficiencias.
Las trabajadoras vuelven a luchar por la equiparación salarial con las trabajadoras del sector público y reclaman aumentar el personal para mejorar el cuidado y la atención a las personas mayores residentes .
La respuesta de la patronal, como era de esperar, ha sido que “atraviesan dificultades por los sobrecostos provocados por la pandemia y el descenso de ocupación” y que equiparar derechos y salarios como en las publicas, seria duplicar el precio de la atención”, por lo que quieren aplazar el convenio hasta 2022.
Mienten: la Diputacion paga hoy, 94.64 euros al dia por cada plaza y en 2022, pagara 95.37. y las concertadas recibiran 6 millones mas. es decir, la diputación, deja a las empresas gestoras de residencias, que hagan negocio a costa de rebajar salarios y condiciones laborales. y esto repercute también en una peor calidad del servicio residencial
¿Va a controlar, diputacion a dónde van esos 6 millones de más que les van a pagar a las empresas gestoras de residencias?
Durante la pandemia, hemos visto, lo esencial que es el trabajo de las trabajadoras de las residencias. son más de 5.000 mujeres, es un trabajo feminizado, porque se sigue identificando cuidado con mujeres. y la feminización lleva a la precarización. mujeres precarizadas que lo han dado todo por cuidar a nuestras personas mayores.
Trabajo esencial y precarización son incompatibles.
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