En Araba más de 200 personas, según los datos oficiales, han muerto en las residencias por Covid 19.
Por eso hoy 1 de Marzo la denuncia del Movimiento pensionista en Araba se ha dirigido a la Diputación para exigir residencias públicas y de calidad.
Hace un año titulábamos la hoja de aquel lunes igual que la de hoy. La atención a las personas dependientes lleva sufriendo importantes recortes desde hace más de 10 años, durante este período la Sra. Artolazabal, la Sra. Olabarrieta y el Sr. Sola han incumplido sus promesas. Esta falta de respuesta es algo que preocupa al conjunto de la sociedad y especialmente al “Movimiento de Pensionistas”, como personas que directamente vivimos y conocemos de primera mano dicha realidad.
Las políticas de austeridad han deteriorado la calidad de todos los servicios públicos, tanto en residencias, como en centros de día y en atención domiciliaria. Las plazas públicas de residencias son notablemente insuficientes, las listas de espera son desesperantes, los/as profesionales no dan abasto para gestionar unos recursos que cada vez son más limitados y más burocratizados.
Frente a las necesidades de una atención digna a la dependencia se interpone un negocio floreciente, que mercantiliza necesidades sociales y es alentado por las instituciones, que deberían garantizar una atención socio sanitaria pública digna a las personas ancianas. Un negocio muy lucrativo que se sostiene sobre la explotación de las trabajadoras del sector, la mala atención a los asilados y el expolio a las arcas públicas. La pandemia ha mostrado en toda su crudeza este siniestro negocio, que ya venía siendo denunciado por las trabajadoras y las familias de los usuarios. Nos hallamos además ante un sector feminizado, sin CONVENIO PROVINCIAL, con unas jornadas, horarios y salarios distintos del resto de la CAV.
La Diputación tiene plena competencia en Residencias y no ha creado una sola plaza pública en los últimos 21 años. Sin ir más lejos, en la Residencia Pública San Prudencio se prometió la creación de 75 nuevas plazas públicas. Hoy en día la decisión es que las plazas ya existentes van a desaparecer. Este hecho preocupa a las trabajadoras de la propia Residencia Publica de San Prudencio. El actual modelo residencial debe ser rechazado, sus efectos están a la vista de todos. El modelo privado residencial provoca el hacinamiento en espacios comunes que facilitan el contagio. Así mismo, el aislamiento está produciendo enfermedad, dolor y malestar entre los asilados y sus familias.
Hoy, los y las pensionistas venimos aquí a DENUNCIAR ESTE MODELO RESIDENCIAL BASADO EN EL NEGOCIO. No basta con palabras bonitas en las entrevistas de radio y prensa del responsable de Políticas Sociales de la Diputación Emilio Sola, queremos hechos y decisiones: vamos a seguir peleando hasta conseguir que las residencias sean centros seguros donde las personas usuarias dispongan de la atención que en todos los aspectos necesitan. Es necesario dignificar el trabajo de las personas cuidadoras, hay que mejorar las ratios de personal y sus condiciones de trabajo, hay que cambiar el actual modelo de atención a la dependencia y hay que construir una red de servicios socio sanitarios públicos y universales que garanticen el derecho a las personas a una vida digna.
Con la llegada de las vacunas desaparecen de las estadísticas los fallecidos en residencias de mayores. Este hecho no debe ocultar lo que la pandemia ha dejado a la vista.
UN CONVENIO PROVINCIAL DE RESIDENCIAS PRIVADAS YA
NO HAGAIS NEGOCIO CON LA DEPENDENCIA
¡¡MÁS RESIDENCIAS PÚBLICAS!!
