En la actualidad toda acción de gobiernos e instituciones sociales tiene que tener el beneplácito de los mercados financieros. Al parecer, todo lo que hagamos debe ser ocasión para generar beneficios para el capital global. El foco está puesto en obtener riqueza “monetaria” a costa de lo que sea. La forma más agresiva son los fondos de capital privado.
Banca, dinero líquido, tasa de interés. Es el paradigma de los mercados financieros: busca dinero líquido para poder estar cargando permanentemente tipos de interés. Las grandes multinacionales, también funcionan como un sistema financiero. Como Coca-Cola: primero vende, es decir, obtiene sus ingresos antes de gastar su dinero en los pagos.
En la contabilidad del Sistema de Pensiones Público de Reparto no cabe la tasa de interés, este Sistema es toda una contabilidad de ingresos y gastos que fluye continuamente a la sociedad. Las pensiones no son una carga, al contrario: los 10 Millones de pensiones de cada mes salen de la actividad económica. Así es, y al gastarlos producen alrededor de 6 Millones de empleos y salarios. Ahí la banca no rasca nada. En todo lo demás, hemos entrado en una realidad económica que está gobernada por el banco. Un SISTEMA BANCO no sujeto a la democracia.
En la economía actual, todos-as tenemos una contabilidad de ingresos y gastos (aunque sea modesta y no necesite de cuadernos), y un balance con activos y pasivos (aunque sea sencillo: la casa y su hipoteca). La contabilidad y el balance están relacionados: pasamos de la visión estática de nuestra contabilidad a una situación de actividad, que podemos llamarla circulación del comercio mundial a través del intercambio, del consumo y de la inversión. De la misma manera que un gasto mío es un ingreso para alguien, también un activo mío se convierte en un pasivo para alguien.
Cuando ganamos dinero por encima de las necesidades de nuestra actividad, lo colocamos en reservas (fondos…), y al hacer eso traemos a nuestro balance parte del balance de alguien del resto del mundo, pues estamos en una economía global. Las elevadas rentas de estos Fondos Privados salen a costa de un balance negativo continuo de otras economías, en las que finalmente sus ingresos se merman o en las que, al producirse subidas de precios, tienen que gastar más para conseguir lo mismo, o sea, sobreendeudarse.
Esta política de Fondos Privados es en gran parte la causa de la subida de las tarifas eléctricas y también de las reducciones de plantillas-ERE. No se trata de garantizar la continuidad de las empresas, sino de incrementar la rentabilidad de los Fondos. Pagando un sobreprecio de la electricidad, unos pocos especuladores aumentan sus capitales y sus acciones sin haber puesto ellos realmente el dinero correspondiente. Muchos capitales se han hecho a costa del precio del producto y muchos otros a costa del dinero público a fondo perdido, cuando debería salir de los beneficios justamente obtenidos. Los problemas del tercer mundo no son otra cosa que el efecto acumulado y continuado de pagar un precio injusto por sus productos, materias primas y recursos.
Es cierto que cada uno-a puede hacer lo que quiera con su dinero. Sí, pero sin obligar a los-as demás a hacer lo que no quieren. Y eso ocurre con los fondos de inversión, pues sí o sí, los demás estamos obligados a generar las rentas que reclaman esos fondos, sobre todo las clases asalariadas por su posición de debilidad en la negociación sobre el reparto del VAB (Valor añadido bruto) de la actividad productiva.
La inversión es necesaria para la marcha de la economía, pero cuando acudimos a Fondos Privados, incluidos los Fondos Privados de Pensiones, no somos nosotros-as los-as que invertimos. Es el intermediario financiero quien lo hace, quien toma las decisiones y la gestión de todo ello. Lamentablemente se trata de especulación y de ejercer presión a través de los lobbies a los gobiernos para reducir derechos salariales y laborales y que legisle a su gusto. Y esta especulación es la que asfixia a la población más humilde y peor situada en la estructura económica. Además, sus exigencias de rentabilidad arruinan toda iniciativa que aun siendo de gran interés social no encaja en sus propósitos.
Claramente, el aumento de la población que participa en estos “productos” financieros han dado tanta fuerza a esos lobbies que han conseguido vender (a través del Pacto de Toledo) su “plan para salvar” las pensiones al mismísimo gobierno “SOCIALISTA” y a UGT y CCOO. No en vano además de su mercado financiero controlan los medios de comunicación, a través precisamente de estos fondos. Increíblemente, admiten que sus Fondos no garantizan rentabilidades y exigen ayudas y beneficios fiscales.
Hablando claro, señalan hacia nuestra cuchara afirmando que es demasiado grande y que no podemos seguir así; a renglón seguido nos ofrecen todo un cazo si aceptamos sus planes privados. ¿En qué quedamos? ¿Cómo es posible que los mismos que impiden al gobierno decretar una paupérrima subida del SMI, nos ofrezcan pingües rentabilidades a cambio de poner una parte de nuestros salarios en sus fondos? Es la definición exacta del tocomocho.
Estos productos actúan como auténtica cachiporra que sacude a la población asalariada y sobre todo a la parte más humilde. Si consiguen que el conjunto de la población laboral se sume a este “juego”, será letal. La propia población asalariada sacudiéndose a sí misma. Tranquilidad señores, nos dirán, sacúdanse 10 veces sobre sus cabezas y otras 10 sobre el Tercer Mundo. Hay que trabajar por la igualdad: lo bien repartido… Al parecer, algunos sindicatos ven más fácil conseguir ingresos por estos medios que exigir salarios dignos y trabajos decentes. Ya se han dado cuenta de que no pueden estar promocionando Fondos de Pensiones por la mañana y reclamando subidas salariales por la tarde. Los financieros lo tienen claro: “si queremos buenas rentas para los fondos, hay que pagar salarios raquíticos y subir precios allí donde invertimos”. Así ocurre con las trabajadoras de las Residencias, con las del SAD, con los trabajadores de cuidados o en el precio de la factura eléctrica.
Tenemos que ser más responsables con el uso que damos a nuestro dinero, pues tiene consecuencias, en una dirección o en otra. Nuestra rentabilidad extra es a costa de la rentabilidad y liquidez del resto de la economía. Son precisamente estas realidades una de las razones fundamentales de por qué tiene que existir un sistema de Seguridad Social y un Sistema Público de Pensiones de Reparto. Para asegurarnos de que todo el mundo a nuestro alrededor, nosotros-as mismos incluidos, tenga cubiertas las necesidades básicas. Es precisamente esto lo que tanto molesta a esta tiranía financiera. Aquí el interés no es ni el 5% ni el 10%, es muchísimo más, es el interés SOCIAL.
GOBIERNE QUIEN GOBIERNE, LAS PENSIONES PUBLICAS SE DEFIENDEN
Jesusmari Soubies Garate
Miembro de GAURGEROA – APL
Magnífico artículo, una sencilla y magistral lección de ciencia económica. Eskerrik asko Josemari!!!
Jesusmari, Gracias como
siempre por tus artículos, extraordinario muchas de tus ideas las aprovecho para las lecturas de los lunes, mila esker por tu trabajo desinteresado.